Piscis

El 18 de febrero el Sol ingresó a Piscis, el último signo del zodíaco.

Piscis es la energía en donde se termina el ciclo (y a la vez comienza). En esta etapa, lo que sucede es la disolución. La semilla se disuelve para irrumpir en Aries como brote en la tierra, y entonces el ciclo recomienza.

Piscis es un signo de agua, por lo que las emociones surgen y reflotan, en calidades resonantes y empáticas. Es un gran mar emocional, que siente y resuena con todo. Es energía que se diluye con el Todo, se vuelve uno con el Todo, así que los límites y los bordes para esta energía son casi imposibles.

Pensemos en agua que vertemos en un recipiente, sus límites son dados por el recipiente en el que está, pero en sí mismo el agua no puede limitarse. Esto es Piscis. Por eso solemos relacionar esta energía con la mímesis. Ya no se sabe qué es tuyo o qué es mío, es todo uno.

Solemos relacionar esta energía con la mímesis. Ya no se sabe qué es tuyo o qué es mío, es todo uno.

En esta energía hay mucha fantasía, sueños, mundos ideales. Por eso es normal que haya grandes ilusiones y grandes decepciones. Es probable que cuando aparezca una pizca de realidad, se produzca una profunda crisis emocional. O puede que queramos seguir evitando la realidad con más ensoñación, sustancias o cualquier tipo de situación que nos aleje, como Netflix o imbuirse en las redes sociales.

Durante esta temporada, es posible que nos sintamos mucho más sintientes de lo común, con mucho más sueño y cansancio. Quizá nos surjan tiempos diferentes de procesos o un ritmo de vida más lento al habitual. La emoción pisciana se siente a flor de piel, y esto puede llevarnos a una fase de quedarnos en la cama, tristes, melancólicos o simplemente sin entusiasmo.

Si nos pasa algo de lo enumerado, lo importante es poder aceptar este estadío y dejarlo salir, no intentar taparlo con sonrisas o con estímulos externos. Todos tenemos una cuota de energía pisciana en nuestra carta natal, a algunos se les manifiesta más fuerte, a otros más débil; pero todos podemos permitirnos dejar salir esa emocionalidad y simplemente sentirla, aunque no estemos habituados a ella.

Lo importante es poder aceptar este estadío y dejarlo salir